jueves, 3 de febrero de 2011

Fragmento de "La Aventura del tocador de señoras"

"Ya sabes cómo pueden ser las madres de persistentes y cuántos recursos emocionales son capaces de movilizar en estos casos. Dos veces prendió fuego al piso, una vez se tiró por el hueco de la escalera y por último, habíendole fallado estos conatos , se fue al zoo y se arrojó a la jaula de los leones, donde áun estaría si estos no hubieran llamado la atención de su guardían con grandes rugiods y aspavientos."

1 comentario:

Anónimo dijo...

A falta de mejor instructor, él me enseñó cuato sé(comisario Flores): la eficacia del trabajo (no compensa), la importancia de ser honrado (si eres imbécil), la trascendencia de la verdad (nunca decirla), lo aborrecible de la traición (y su rendimiento) y el verdadero valor de las cosas (ajenas), así como, por inducción, lo indicado de la tintura de yodo para heridas, arañazos, hematomas, rasguños y excoriaciones.A su sombra me hice riguroso en la planificación de mis actos, cauto en la realización, meticuloso en la ocultación posterior de todo rastro.En vano: de poco me valieron estas mañas enfrentadas a su sagacidad, sus conocimientos prácticos, su ciencia y la ventaja que otorga disponer de muchos medios y carecer de control y de escrúpulos. siempre me engañó y nunca se dejó engañar demí, falsas promesas para dejarme luego en la estacada. A menudo me preguntaba si tanto encarnizamiento y tanto encono no ocultarían, en el forndo de su alma, un rescoldo de afecto mal tramitado.